La labor del profesor-tutor es mucho más amplia que la que aquí se incluye, puesto que es el responsable directo de la formación de sus tutelados y abarca, por lo tanto, todas las actividades de los alumnos e, incluso, la atención a aquéllos y a sus padres fuera del horario de clase. Nos referimos en este apartado al aspecto tutorial dentro del tiempo destinado específicamente a la Ética.
Si queremos formar alumnos con personalidad propia, con una autonomía creciente, críticos (en el sentido positivo del término) y con valores y actitudes adecuados, deberemos ofrecerles los medios para conseguirlo. Este tiempo de tutoría dentro de las clases de Ética, se destinará a analizar, y en su caso a mejorar, las relaciones interpersonales del grupo, a estudiar y resolver posibles conflictos que puedan haber surgido en sus actividades, a atender y canalizar las posibles quejas que se puedan plantear, haciéndoles partícipes directos en la mejora del “clima escolar”.