Batera en Educación Primaria: cómo unir las aulas nos ofrece una experiencia educativa enriquecedora a través del trabajo cooperativo en EKINTZA Ikastola

Una vez superada la etapa de escolarización y consolidadas las bases para que los niños y niñas sean protagonistas de su aprendizaje, se adentran en el ciclo de Educación Primaria. En esta etapa, que se desarrolla entre los 6 y los 12 años, el alumnado desarrolla conocimientos básicos como la competencia comunicativa, la iniciativa o la creatividad, habilidades que trabajamos en el día a día en EKINTZA Ikastola.

Durante este tiempo tratamos de que el desarrollo personal, social y cognitivo de niños y niñas se enraíce de forma integral y equilibrada, y con este objetivo trabajamos las múltiples posibilidades de vivir y experimentar propuestas para trabajar las diferentes competencias del alumnado. Niños y niñas adquieren conocimientos y herramientas básicas mediante la adquisición de recursos fundamentales para la vida presente y futura.

Ello nos lleva inevitablemente a establecer en nuestras aulas metodologías y estrategias para enriquecer y actualizar nuestro proyecto educativo, siempre con el objetivo de capacitar a nuestros niños y niñas para que sean capaces de afrontar los retos del futuro y disfrutar de una vida plena en una sociedad en constante cambio.

Para ello, hemos tenido que construir nuevos modelos de funcionamiento que ofrezcan a cada alumno y alumna una experiencia de aprendizaje que responda a sus capacidades y ofrezca diferentes posibilidades para desarrollar un exitoso itinerario escolar. Y un gran reflejo de ello es el modelo que ofrecemos en la ikastola en este ciclo de Primaria.

 

¿Cómo lo reflejamos en el día a día?

Comenzamos el día con lo que denominamos “Batzarra”, momento de recibimiento y acogida en el aula, un espacio que los alumnos-profesores aprovechan para saludar y dar la bienvenida y que sirve para estructurar el día y las tareas, compartir vivencias o cultivar hábitos de convivencia grupal. Asimismo, el día termina con lo que llamamos “Itxiera”, un cierre para reflexionar sobre lo ocurrido a lo largo del día, tanto de lo que se ha aprendido como de lo que cada niña y niño ha vivido. El enfoque es “aprender a aprender” y “aprender a convivir”.

 

Ámbitos de trabajo unificados

A lo largo del día combinamos diferentes ámbitos de trabajo con varias formas de unir al alumnado y al profesorado o de utilizar los espacios. En este sentido, cabe destacar la estructura conocida como Batera. En Batera-Mate y Batera-Euskera trabajamos las Matemáticas y el Euskera, materias troncales en la ikastola, con una organización especial. La base de la organización es el curso escolar y se trabaja la estructura cooperativa. Es decir, juntamos las dos aulas del curso y los niños trabajan en grupos diferentes, acompañados por tres profesores.

También se trabaja de forma diferente en el tiempo de Proyecto. En este caso, partimos de temas relacionados con las Ciencias Naturales o Sociales y el programa de actividades se diseña bajo criterios de interdisciplinariedad asociados a las inteligencias múltiples. El curso se organiza en grupos cooperativos liderados por dos profesores.

Esta propuesta innovadora aporta beneficios al alumnado, ya que el profesor o la profesora actúa ahora como guía para el desarrollo de cada alumno, fomentando su autonomía y capacidad de descubrimiento. Además, este nuevo contexto de trabajo fomenta un mayor protagonismo del alumnado, una mayor interacción y una mayor conciencia sobre su proceso de aprendizaje.

Esta dinámica diaria favorece el desarrollo de actitudes más activas y responsables sobre el propio aprendizaje, hace al alumnado más consciente de sus talentos y dificultades y favorece la iniciativa personal, la reflexión, la comunicación o el desarrollo de estrategias para afrontar las dificultades.

 

Transformación del espacio físico

Y no sólo eso, sino que la aplicación de estas dinámicas ha supuesto también una transformación del espacio físico de la ikastola. Somos conscientes de que el espacio también educa, es el tercer educador y está demostrado que influye directamente en las dinámicas interpersonales y en la actitud de las personas. En este sentido, ha sido necesario apoyar el cambio metodológico con una nueva visión del espacio de trabajo, por lo que hemos habilitado espacios amplios y polivalentes en la ikastola. Así, facilitamos la organización de diferentes grupos de trabajo, así como la ejecución de los diferentes tipos de trabajos que fundamentan el modelo. Por ello, hemos reestructurado los espacios del aula de forma que se adapten fácilmente a las características específicas de cada área y dinámica de trabajo.

Con este modelo conseguimos mejorar y enriquecer la experiencia escolar de cada uno de los niños y niñas de EKINTZA Ikastola, integrando más y mejor la diversidad del alumnado en el proceso de aprendizaje. Porque sabemos que, si despertamos su motivación, atención, curiosidad y responsabilidad, multiplicamos las posibilidades de construir un conocimiento significativo.